Quejándonos de la moda sucumbimos todos a ella. Nos movemos, vestimos y actuamos siguiendo un patrón como marionetas mientras miramos alrededor balbuceando sobre los opuestos a nosotros. Buscamos una vía de escape diciendo que todos seguimos nuestro propio estilo y que no etiquetamos a la gente como buenos rencorosos frente a la superficialidad, pero a las únicas personas a las que no etiquetamos es a nosotros mismos. Inconscientemente miramos a la gente más llamativa que pasa por al lado nuestro y no podemos evitar pensar instantaneamente a que "tribu urbana" pertenece si es que aún puede llamarse así. En vez de ver a las personas con el corazón las vemos con un escaner. Pipi Calzaslargas no era una niña que aspiraba a la felicidad, era una cría con medias dispares, ropa mal combinada, unas pecas ridículas y unas coletas peinadas de aquella manera. Lo mejor de todo, es que ya existe hasta una moda que rige "no seguir la moda". Estamos todos encerrados en la misma jaula y nos empeñamos en crearnos paredes imaginarias para separarnos a unos de otros. Todo el mundo es gilipollas. ¿Acaso la única moda es llevar leggins azules con floripondios y gafas de persiana multicolores con diamantitos? ¿No se lleva ya emborracharse y drogarse porque es supermegaguay? Y mientras criticamos que nos critiquen, nos critican a nosotros por criticarles. BLABLABLA. Víctimas de la moda todos. Corremos a escapar de ella y correr se convierte en moda. Meca, así como así hemos vuelto al principio. ¿Será casualidad, o esque estamos en un jodido bucle?
By: SKMò
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Oh, dios! Me gusta el texto, y tienes toda la razón!
ResponderEliminarY yo no pienso hacer nada que no quiera, por mucho que digan que es muy "in" y muy "cool"