Tierra, cielo.
Día, noche.
Voz, silencio.
Sombra y luz.
Para hacer que dos personas se conviertan en una sólo hace falta una cosa: polos opuestos. Aprender a ser complementarios es lo complicado, pero una vez se le coge el tranquillo es necesario que no tengan las mismas cualidades. Lo que le falta a uno lo rellena el otro. Y así se convierten en las dos piezas de puzzle perfectas.
Uno sólo no valdrá, los dos hacen falta.
Sin la noche los búhos nunca despertarían, si el día ocupara toda nuestra vida el sol se agotaría y dejaría de darnos su luz. Si sólo hubiera tierra las aves no nos podrían deleitar con su vuelo y con sus cantos. Si sólo hubiera silencio habría demasiados problemas en el mundo y sólo podríamos manifestarnos mediante gestos violentos, si hubiera solamente voz no podríamos aprender a callarnos como es debido cuando la situación lo indica. No podríamos contemplarnos en la sombra ni resguardarnos si no hay luz.
Con vigor yo aguantaré.
Con valor sabré sufrir.
Pero no se me olvide que en la acción el temor no se me ve.
By: SKMò
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