Creo que aquel siete de Septiembre salí de casa con la esperanza de volver sola, pero a las 6 y 17 me perdí completamente en aquel valle nacarado. Brillo cegador, atrayente. Me quedé eclipsada ante aquel torbellino de emociones. Eran calles nevadas y resbaladizas, pícaras y con encanto. Terciopelo plisado. La nada más espectacular que sin duda experimente jamás. Diamantes en bruto, joyas inalcanzables. Centro de todas mis pasiones, mis deseos. Objeto de mi flechazo instantáneo, y de mi inspiración esta madrugada de Enero.
Dulce perfección expresiva, amarga perdición personal. Muestra de nuestra felicidad juntos y generador de la mía propia. Eliminador de todos mis agobios. Tortuosos ríos de sentimientos puros y envidiables.
Smile, though your heart is aching.Porcelana.
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar... con la mano en el corazón:
ResponderEliminaracojonantemente bueno o.o
Y sí, ya sé que es a lo que te refieres...
ResponderEliminar:¬) Ha-Há!!
Atentamente, Monsieur H
Bizarro y dadá.
ResponderEliminarMe mola.
O.O dios, que bonito O.O
ResponderEliminarQué poético...
ResponderEliminarlas madrugadas son lo único qué nos quedará :)
ResponderEliminar