Lucy Monostone is a deceased former American pop star and terrorist, Lucy Monostone is thought by the mysterious corporation at the heart of the conspiracy to be the perfect killer. While genetic engineering can recreate Monostone's body, the challenge appears to be recreating his soul in order for the ultimate murderer to be reborn. It seems that this can only be achieved by combining a number of personalities, representing the different parts of Monostone, into a single vessel.





miércoles, 27 de abril de 2011

Losing my religion.

Creo que moriré. Creo no, estoy segura de que moriré algún día, como todos. Pero en el fondo tu me hacías inmortal. ¿Por qué no intentarlo? Sé que te oí reír. Sé que te oí cantar. Todo soñando. La única distancia entre tú y yo es la que hay entre nuestros ojos. Busqué una manera de escapar pero creo que he dicho demasiado, aunque nunca es suficiente. Nuestro amor es viejo y joven, conserva su fulgor desde el principio, el fulgor de la prohibición. Mis sentidos buscan besarte con una atracción semejante a la de lo vetado. Yo soy Eva y tus labios la manzana. Y aunque hubiera una probabilidad de que no encajáramos, todas las piezas pueden amoldarse si nunca se encuentra la correcta, al fin y al cabo la felicidad de la realización es la misma. “Sería raro”. Creo que he dicho demasiado, lo tendré en cuenta. Y aquí estoy deshaciéndome, perdiendo todo, perdiendo mi dignidad, perdiendo mi religión. Intento seguir a tu lado pero no sé si podré conseguirlo, no creo que tenga posibilidades, no para siempre. A tu lado todo es etéreo pero no me considero suficiente. Creo que nunca seré suficiente. Soy sólo un susurro, un silbido olvidado en tus noches en vela y aun así cuando abrazo tu recuerdo oigo mi corazón latir. Oigo tu corazón latir. Siento tu corazón latir. Veo tu sonrisa bailar. Y volvemos a estar otra vez sentados en el punto de partida, mirándonos a los ojos. Y de nuevo la única distancia que nos separa es la que hay entre ellos, porque entre nuestras manos ya no existe ninguna. Y vuelvo a notar tu corazón latir, esta vez entre cada uno de tus dedos que me agarran y me hacen saber que no soy un sueño. Que ambos somos un sueño. Creo que pensé que lo intentarías. Pero esto es más grande que tú y tú no eres yo. No eres sacrificio ni inferioridad. Eres Deidad. Eres más que el susurro en una de mis noches en vela, o sólo el susurro, el silbido. Y te intento agarrar con mis manos pero te escapas hacia lo prohibido. Ya no siento tu corazón latir. Ya no oigo tu corazón latir. Ya no oigo mi corazón latir. Ya me ha tocado morir despropiada de tu inmortalidad. Pero todo esto es un sueño. Y despierto de nuevo en el punto de partida con la cabeza apoyada en tu hombro y mis manos notando tu pulso entre tus dedos. Y vuelvo al inicio del bucle. Y vuelvo a soñar y despertar. Y vuelvo a creer que no soy suficiente. Y vuelvo a rezar porque sea real tu existencia. “Yo no creo que esto sea raro”. Creo que he dicho demasiado, pero nunca es suficiente. Lo tendré en cuenta. Te tendré en cuenta.

1 comentario:

  1. ...dices mientras te vas de compras y me dejas el corazón como una cama deshecha. No digas que todo está en silencio. Di simplemente que no oyes.

    Mírame: existo,
    sueño y respiro,
    aunque algo cansado.

    La vida era un simulacro de lo real hasta que el viento trajo tu voz a mi habitación.
    Llegó inesperada como tormenta en tiempo estival. Entró un susurro por la ventana que estaba abierta de par en par. Eran días calurosos, tú gemías, yo tan solo...
    Tu suspiro traspasaba la pared, quedé inmóvil, hechizado, creí haberme enamorado.
    No te vi yo, sólo te escuché.

    Tu susurro atronador inundó mi casa, y me olvidé de todo, yo sólo te escuchaba.
    Me diste la vuelta a la cabeza como a un calcetín. Petrificado, te imaginé. Tu voz febril recorrió todos los muebles de la cocina, hizo temblar la ropa tendida, y sobre mi frente se fue a posar.

    Así pasaron lentos los días de aquel verano.
    Pasaba el tiempo esperando volver a oír tu voz.
    No salía de casa por si llegaba tu canto.
    Y entre gemidos cristalizó nuestra relación.
    Imaginaba como serías mientras yo te escuchaba temblar. Sólo sé que yo te amaba, que tus jadeos me hablaban. Te convertiste en mi obsesión.
    No importaba aquel que hiciera estremecer tus caderas, yo sabía que yo era tu amor.

    Pasaron los días y mi ventana abierta sigue de par en par.
    Llueva, nieve o truene yo te esperaro siempre.
    A veces afino, en el silencio, mis oídos y creo escucharte sobre el murmullo de la ciudad.

    Aquel rumor sonaba a viejo abracadabra y removió las pelusas bajo la cama.
    Abrió mis libros, los cajones, mi corazón.
    Mientras ella amaba todo se paró.
    Y en la calle volaron todas las palomas, se desvanecieron las sombras, se detuvo toda la ciudad.


    No sé si es vida o sueño este atasco, pero si estás conmigo, por mi como si es para siempre.

    ResponderEliminar