Y la niña esperanzada y perdidamente enamorada se frota
ba la cara mientras la lluvia le rozaba por los pómulos, resbalando así por estos y cayendo sobre todo su cuerpo hasta calar las converse raídas por el uso. Era feliz, tan feliz que su sonrisa no le cabía en la cara. Aquellos dientes blancos cuales perlas brillaban creando destellos en contraste con las luces epilépticas de la ciudad.
Enfundada en sus leggins negros mojados y su falda escocesa, era observada por todos los habitantes que paseaban por aquellas calles, pero no importaba. Su mente estaba en otra parte y sus ojos denotaban cierto aire de locura que hacían que te perdieras en ellos actuando como largos valles castaños laberínticos. El mundo le había dado la mano y la última oportunidad. Comprendía que había tenido suerte. Mereció la pena no creer haber perdido a su amado inmortal, orgulloso y terco, mas dulce cual caricia materna en la mejilla de un recién nacido. Esa era su señal. La señal de que la felicidad existe y nunca acaba. Su vida había acabado, y su vida había comenzado una vez más, como cada amanecer había dejado de hacer esos últimos y eternos quince días. Ahora amanecía rosado y no negro como el éter. Ahora amanecía.
Enfundada en sus leggins negros mojados y su falda escocesa, era observada por todos los habitantes que paseaban por aquellas calles, pero no importaba. Su mente estaba en otra parte y sus ojos denotaban cierto aire de locura que hacían que te perdieras en ellos actuando como largos valles castaños laberínticos. El mundo le había dado la mano y la última oportunidad. Comprendía que había tenido suerte. Mereció la pena no creer haber perdido a su amado inmortal, orgulloso y terco, mas dulce cual caricia materna en la mejilla de un recién nacido. Esa era su señal. La señal de que la felicidad existe y nunca acaba. Su vida había acabado, y su vida había comenzado una vez más, como cada amanecer había dejado de hacer esos últimos y eternos quince días. Ahora amanecía rosado y no negro como el éter. Ahora amanecía.
Where do we go now, sweet child?
Era tan feliz que estaba celosa de sí misma.
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
Era tan feliz que estaba celosa de sí misma.
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
you know, mi felicidad es gracias a ti.
ResponderEliminarAsí que, a seguir feliz. <3
Sabes que me alegro mucho :3
adorotew
... con una mano en el corazón:
ResponderEliminarMe encanta que estés tan feliz ¡jolines!
¡TE ADORO!
La cosa está en que ahora no pierdas esa felicidad, mujer.
ResponderEliminarme alegro de que estés bien ^^
Guns.
ResponderEliminarCierto, el éter es negro!!