Soledad, márcame con tu sello implacable ante todas las circunstancias de mi viaje en este dificultoso día a día. Deja que mi mente crea que los apoyos que me prestas son mi compañía en la vida, mientras mi cabeza sólo sea una pantalla proyectable ante mis ojos. Regálame tu miedo y permíteme asustarme, engañarme con ilusiones de las que despertaré rudamente la mañana de mañana. Aléntame de nuevo a dar un paso en falso que active esa mina anti-personas ajenas. Hazme caer en la tentación de creer las promesas cada vez más incumplibles que mis oídos perciben, superando con creces el "para siempre". Véndame los ojos para que no vea cómo la existencia se acaba mientras retrocedemos como moluscos. Permíteme cometer el último error que no pueda corregir con justificaciones similares a que nadie es perfecto. Sólo así aprenderé a vivir contigo.
Las roturas más dolorosas son las de corazón.
Reviviré la flor que crece en mí reconstruyendo los esquemas de mi vida. Observaré como las nubes se esconden, como la gente es dominada por el ajetreo. Tras mi máscara de inocencia avanzaré a lo largo de mis años prematuramente pero con objetivos bien marcados. "Tienes las ideas claras" solían decirme cuando yo realmente existía.
Desasosiego, fruto de mi inspiración y mi deshonra ante mí, haced que el mundo no se marchite como el paisaje de otoño. Cubridme con vuestro velo de invulnerabilidad, al menos hasta llegar a mi hogar.
Sarkasmò.
viernes, 26 de febrero de 2010
domingo, 21 de febrero de 2010
Reflexiones y contradiciones.
Hay numerosos aspectos que hacen del amor algo llamativo y trascendente. Desde los más desesperados hasta los solteros que dicen estar orgullosos de serlo consideran en lo más profundo de su alma (o de manera superficial en estado ebrio) que, al igual que el comer, el amor es una de las más importantes necesidades.
Pero cada uno en su mundo. El amor es algo personal, abstracto y único. Y al igual que en la vida cotidiana, en el sexo y en otros momentos hay diferencia de géneros también en este punto.
Los hombres no pueden ser generalizados, demasiada variedad de opiniones. Podemos hacer una encuesta en la que se encontrarán seguro todo tipo de especímenes a añadir en el estudio de animales complejos: desde el enamorado de su trabajo hasta el enamorado de sí mismo.
En cuanto a las mujeres está claro que somos todas discípulas de unos mismos mandamientos. No queremos más a ninguna relación, sino que queremos a todas de distinta forma. Y sobretodo caemos ante una ley obligatoria: la insatisfacción sea cual sea nuestra situación. Preferimos relaciones difíciles, retos, pasar el tiempo con alguien lleno de incógnitas y con aspectos poco soportables o anormales ante los cuales siempre mostraremos queja. Esperaremos con continuidad por las palabras perfectas en el momento perfecto, cosa que nunca sucederá con semejantes fieras. Pero sin embargo cuando nuestra relación se cruza con un gato con el que todo va perfecto a medianoche nos sobresaltamos como si se tratara de una pesadilla. Nos miramos al espejo y decimos "No lo sé". Pero sí lo sabemos. El sobresalto es ante la anormalidad de la situación. Si todo va perfecto es porque algo tiene que ir mal más adelante. Estamos mal cuando no tenemos pareja y nos quejamos cuando si la tenemos.
Yo soy personalmente una mujer que busca diversión y arritmia en alguien peculiar (bonita y discreta manera de designar a lo poco común), aunque no por ello excesivamente cariñosa.
Problema: la apatía.
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
Pero cada uno en su mundo. El amor es algo personal, abstracto y único. Y al igual que en la vida cotidiana, en el sexo y en otros momentos hay diferencia de géneros también en este punto.
Los hombres no pueden ser generalizados, demasiada variedad de opiniones. Podemos hacer una encuesta en la que se encontrarán seguro todo tipo de especímenes a añadir en el estudio de animales complejos: desde el enamorado de su trabajo hasta el enamorado de sí mismo.
En cuanto a las mujeres está claro que somos todas discípulas de unos mismos mandamientos. No queremos más a ninguna relación, sino que queremos a todas de distinta forma. Y sobretodo caemos ante una ley obligatoria: la insatisfacción sea cual sea nuestra situación. Preferimos relaciones difíciles, retos, pasar el tiempo con alguien lleno de incógnitas y con aspectos poco soportables o anormales ante los cuales siempre mostraremos queja. Esperaremos con continuidad por las palabras perfectas en el momento perfecto, cosa que nunca sucederá con semejantes fieras. Pero sin embargo cuando nuestra relación se cruza con un gato con el que todo va perfecto a medianoche nos sobresaltamos como si se tratara de una pesadilla. Nos miramos al espejo y decimos "No lo sé". Pero sí lo sabemos. El sobresalto es ante la anormalidad de la situación. Si todo va perfecto es porque algo tiene que ir mal más adelante. Estamos mal cuando no tenemos pareja y nos quejamos cuando si la tenemos.
Yo soy personalmente una mujer que busca diversión y arritmia en alguien peculiar (bonita y discreta manera de designar a lo poco común), aunque no por ello excesivamente cariñosa.
Problema: la apatía.
I wish that I could stay, but you argue.
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
lunes, 15 de febrero de 2010
¿Qué deseas tú?
Me preguntaron una vez eso y se me pasaron cantidad de cosas por la cabeza.
Deseo volar lejos de aquí. Explorar lo que me rodea o incluso lo que ni sé que existe. Extender las alas de mi imaginación para poder despegar y aterrizar en un mundo compretamente desconocido o paralelo.
Pensé, pero cuando terminaba de recrear ese sueño en mi cabeza ya comenzaba a desviarme por otro.
Deseo que las sombras sean de colores. Rojo, verde, amarillo... Con lunares, con rayas, con puntos. Toda diversidad. Que cada vez que salga de casa, llueva y no tenga paraguas; cada vez que me encuentre sola mi sombra me acompañe y haga envidiar a los que me rodean.
Una pequeña sonrisa se deslizó por mi rostro y volví a desviarme.
Deseo poder caminar por las nubes sin caerme. Que cuando esté mal moralmente pueda crecer hasta alcanzar el cielo y considerar esta alternativa para ver el mundo desde otra perspectiva. Tocar ese infinito azul.
Pero lo único que pude responder fue:
Deseo dejar de guardar mis deseos en cajas para poder compartirlos con todos.
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
Deseo volar lejos de aquí. Explorar lo que me rodea o incluso lo que ni sé que existe. Extender las alas de mi imaginación para poder despegar y aterrizar en un mundo compretamente desconocido o paralelo.
Pensé, pero cuando terminaba de recrear ese sueño en mi cabeza ya comenzaba a desviarme por otro.
Deseo que las sombras sean de colores. Rojo, verde, amarillo... Con lunares, con rayas, con puntos. Toda diversidad. Que cada vez que salga de casa, llueva y no tenga paraguas; cada vez que me encuentre sola mi sombra me acompañe y haga envidiar a los que me rodean.
Una pequeña sonrisa se deslizó por mi rostro y volví a desviarme.
Deseo poder caminar por las nubes sin caerme. Que cuando esté mal moralmente pueda crecer hasta alcanzar el cielo y considerar esta alternativa para ver el mundo desde otra perspectiva. Tocar ese infinito azul.
Pero lo único que pude responder fue:
Deseo dejar de guardar mis deseos en cajas para poder compartirlos con todos.
Chimes use to break my wish.
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
viernes, 12 de febrero de 2010
Dependencia.
Te desgarra por dentro y te mata lenta y dolorosamente. Se alimenta de tu dolor y desesperación cuando te hace sufrir. Es tu máquina de vida artificial, te desconecta y ¡puf! todo se va a la mierda como por arte de magia. Se va por donde vino. Bueno no, se va tu placebo. La dependencia se queda contigo para siempre para meter los dedos en las yagas más infectadas. Junto con el de cabeza y el de oídos es el peor de los dolores, aunque este se da en la zona más profunda del alma. Pincha, resquema y aría la piel como las hortigas. Deshace cada uno de tus órganos poco a poco como una enfermedad terminal. Aunque aparentemente no ocurra nada tus entrañas se arañan como si estuvieran en guerra psicológica. Devuélveme mi razón de vivir, por favor...
We all recognise that I'm the problem here.
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
sábado, 6 de febrero de 2010
Nacer, crecer, decepcionar, morir.
Espíritu desmoronado ante la espectativa de volver a caer sólo en esa maraña de zarzas espinadas. El fin del mundo se aproxima aunque sólo ocurra para un individuo, un cuerpo deforme y hueco que a estas alturas carece de sentimientos. Ya no logra sonreír ni con el murmullo de su walkman. La mano en el pecho sin respuesta latente alguna. Cenizas de ese "antes alguien" se esparcen por el suelo sirviendo de abono para que crezcan nuevos destinados a decepcionar a los demás. Defectuosos de fábrica, ellos son el 99% de la tierra. El 1% reivindica por solidaridad y muere por los demás mientras el resto, queridos perdedores, nos dedicamos a copiar su biografía en nuestro cuaderno escolar y nos escondemos tras nuestro abrigo de 12% poliester y 88% explotación infantil. Se acabó el tiempo de ser feliz tú y de hacer feliz a los demás, es tarde. Se perdió la ilusión donde tu mejor amigo te reemplaza y no eres lo más importante ni para tu pareja. Estás perdido, disfruta de la más larga de tus pesadillas. Haz eso que siempre esperaste a hacer: acaba con tu fobia al propio miedo.
Se perdió en sus labios, su ilusión.
Se perdió en sus labios, su ilusión.
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
sábado, 30 de enero de 2010
El amor, el pan de cada día y otras citas célebres.
"Te quiero"
Son las palabras mágicas tanto para una prometida eternamente feliz como para una desesperada que al fin alcanzó el amor de su vida, o no. Un mundo atrapado en dos palabras. Es triste que el significado dependa de como te lo digan, en qué situación, con qué frecuencia... Desde luego hace más ilusión que alguien que se suela despedir únicamente con un "bye" te llame de repente para preguntarte si llegaste viva a casa y acaba su culminante actuación con un te quiero. Pero mientras comienza a llover a la vez que corres por las calles sucias de la polis detrás de esa alma gemela y tu vestido se hace harapos y tu carroza se convierte en una calabaza roída por ratones te conformas con que te lo diga la pija que te acaba de ver por primera vez y que por supuesto desconoce del todo cuanto te importan semejantes combinaciones de letras.
Sobre todo es un punto a recordar lo que nos gusta que sea a nosotros a quien nos lo digan, repitan, recuerden. Que después de tres eternos días sin la persona que te levanta la sonrisa cada mañana sea ella la que exhausta y jadeante se acerque a ti diciéndote que te echa de menos. Pero si de verdad sientes esa necesidad, es ley de vida, serás tú el exhausto y jadeante que correrá hacia él y le dirá las palabras mágicas.
Como buena mujer continuamente decepcionada con el sexo opuesto, volví a incumplir mi promesa de "nunca chulear de situación perfecta". Lo siento, es mi cometido, ahora me toca a mí disfrutar. Puede que mi hada madrina no me visitara para retocarme los trapos, pero como tampoco me van a durar demasiado tiempo puestos y no estoy como para perderlo le dejo tomarse unos... días libres.
The way you love is frightening
It's like thunders&lightenings!
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
viernes, 22 de enero de 2010
A lo Carrie Bradshaw.
Las mujeres siempre tenemos la mente amorosa llena de preocupaciones, o al menos de post-its que te recuerdan que debes mostrarlas. Pero sólo estamos realmente ocupadas cuando se suceden situaciones en las que le preguntas qué tal a un amigo y cuando te verifica que normal envidias su respuesta. ¿Normal? En otro momento eufórico en el que tu pareja te ha regalado un cariñoso beso o un atrayente Prada musitas "qué sosa es la gente". En un momento en el cual saltas a la mínima y lloras hasta cuando te dicen que se perdió tu mechero la palabra "normal" es lo más inalcanzable que existe. ¿Quién es el raro aquí?
Cuando él va al baño y aprovechas para mirar en su cajón y sacar estúpidas e intranscendentes conclusiones como que es desordenado porque tiene los libros uno y dos colocados antes del tres en su estantería o que se cuida excesivamente porque tiene un cepillo hasta en el bocadillo te das cuenta de que nunca estamos satisfechas con lo que tenemos. Pero ahora la moraleja de la lechera no queda bien. ¿Más, más y más? ¿O más bien: más, un poco menos, mucho más?
En el momento en que se termina el antiojeras y tus jornadas comienzan cuatro horas más tarde que las de las demás terminas planteándote que hacer contigo misma. ¿Todos los hombres son raros o las raras somos nosotras?
-¿No echas de menos el amor verdadero?
-¿Por qué si tengo siete orgasmos diarios?
-Porque los orgasmos no te cogen de la mano en el cine ni se levantan pronto para prepararte un café por la mañana.
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
Cuando él va al baño y aprovechas para mirar en su cajón y sacar estúpidas e intranscendentes conclusiones como que es desordenado porque tiene los libros uno y dos colocados antes del tres en su estantería o que se cuida excesivamente porque tiene un cepillo hasta en el bocadillo te das cuenta de que nunca estamos satisfechas con lo que tenemos. Pero ahora la moraleja de la lechera no queda bien. ¿Más, más y más? ¿O más bien: más, un poco menos, mucho más?
En el momento en que se termina el antiojeras y tus jornadas comienzan cuatro horas más tarde que las de las demás terminas planteándote que hacer contigo misma. ¿Todos los hombres son raros o las raras somos nosotras?
-¿No echas de menos el amor verdadero?
-¿Por qué si tengo siete orgasmos diarios?
-Porque los orgasmos no te cogen de la mano en el cine ni se levantan pronto para prepararte un café por la mañana.
Atentamente, Mademoiselle Sarkasmò.
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